Testimonios

Soy Imelda, mi familia esta compuesta por dos hijas, un hijo y mi esposo. Nosotros hemos asistido a terapias Psicológicas con la Mtra. Laura Barrera por diferentes situaciones. Mi segunda hija fue la primera en asistir a terapia a temprana edad, detectamos en su conducta que había sufrido un problema muy severo, por lo que buscamos ayuda profesional, nos recomendaron a la Mtra. Laura Barrera. Ella realizó un diagnostico a nuestra hija y nos confirmó que efectivamente requería de ayuda inmediata, también detecto que yo necesitaba la ayuda, por lo que ambas comenzamos con las terapias. Se vio mejoría en mi hija a partir de los 3 meses; al cabo de aproximadamente un año termino su terapia, notándose cambios positivos en su conducta, era una niña segura de si misma, alegre, extrovertida y fuerte; hasta el día de hoy. Yo continué con mis terapias por más tiempo, se notaron los cambios en mi hogar, disminuyeron las peleas, haciendo que mi hogar fuera mas alegre, que hubiera paz y armonía; mis hijos eran menos temerosos, más felices y seguros. Los cambios en mi vida hicieron que subiera mi autoestima, perdone a los que me habían hecho daño y eso me ayudo a ser más fuerte y segura en mí misma y más feliz. Me alegra haber tomado esas terapias a pesar de que hubo etapas dolorosas, valió la pena; ya que cambiaron mi vida positivamente. Mi hijo mayor paso por una adolescencia difícil y las terapias que le dio la Mtra. Barrera, fueron un gran apoyo para pasar esa etapa. Actualmente mi hija la más pequeña asiste a terapia a Appi con la Mtra. Barrera, por problemas muy severos de adolescencia, se han visto en estos 6 meses cambios notables, es más feliz, más madura, se comunica más con la familia, más razonable. Con el transcurso del tiempo hemos sanado heridas que no nos dejaban ser felices, hemos madurado como pareja y familia, hemos formado hijos exitosos y felices (nuestro hijo mayor esta por concluir su licenciatura, nuestra hija está cursando el segundo año de cirujano dentista y la menor comienza su carrera de medicina; todos en la UNAM). Creo que tenemos las bases para seguir creciendo como familia y sobre todo ver a nuestros hijos alcanzando sus metas y formarse como personas de bien.

Estos días de pandemia, en cautiverio en nuestras casas han sido difíciles para prácticamente todo el mundo, en lo particular, en estos días de encierro he experimentado la ansiedad, el estrés, el desgané, un desorden en mis pensamientos y sentía que perdí el rumbo de mi vida por ni siquiera saber qué es lo que quiero o tan solo qué hacer al respecto para superar las malas emociones. Me contacté con la psicóloga Laura Barrera, para que me pudiera dar una orientación que me permitiera sobrellevar tantos sentimientos encontrados. Su paciencia, su capacidad de la escucha y de análisis le permitieron hacerme reflexionar y que acciones puedo tomar para mejorar mi calidad de vida ante esta crisis; las sesiones que he tomado me hicieron sentir más tranquilo, avivado y sobretodo con una amplitud del panorama que antes no tenía acerca de lo que pasaba en mi vida y de las decisiones que me llevaron a donde estoy ahora. Realmente una persona especializada, con mucha experiencia y conforme se progresa en la terapia, es palpable el nivel de bienestar que uno va adquiriendo.

Soy Blanca, he solicitado a la mtra. Laura Barrera su participación y conducción en escuela para padres con temáticas acerca de manejo de límites y factores de riesgo en adolescentes. Los grupos se conformaron con aproximadamente 70 asistentes, los participantes quedaron muy satisfechos y agradecidos por la forma de conducir, hubo una interacción muy entusiasta entre la expositora y los participantes. Agradezco el profesionalismo, el manejo científico de la temática y la gran experiencia de la maestra. Fue muy instructiva y benéfica su participación.

De acuerdo a mi experiencia personal en el curso que impartió APPI, considero que los módulos estuvieron pensados en el cumplimiento de los objetivos basados en el aprendizaje significativo, todas las actividades fueron orientadas a certificar el conocimiento obtenido con la resolución de cada actividad propuesta en los módulos correspondientes. En consecuencia, la interacción entre la instructora APPI & los participantes fue abierta & atenta pues se mantenía seguimiento oportuno a cada fecha & momento establecido desde la introducción. Por otra parte, la plataforma fue muy fácil de usar por lo que no tuve complicación alguna con el desarrollo del curso. En conclusión, agradezco la experiencia que me llevo en APPI pues a diferencia de otras plataformas y/o instituciones con éste tipo de servicios, percibí mayor interés en el aprendizaje basado en la teoría así como un mayor enfoque en el área del conocimiento e investigación psicológica además de que reforcé temas & adquirí nuevos conocimientos que son útiles para las profesiones que tienen que ver con la salud mental & emocional.

Soy Lidia Jiménez, madre de Diego y Daniel, actualmente de 17 y 15 años respectivamente. Hace algún tiempo, cuando Diego tenía 7 años, profesores y directivos del colegio donde iniciaba su educación primaria, detectaron comportamientos y actitudes especiales en él. Era un niño muy inteligente pero muy distraído, no ponía atención a sus clases, poco tolerante, impulsivo y con baja autoestima. Llegó el momento en que ya no lo querían en su institución. A partir de ahí fue un tarea larga y triste al recorrer colegios donde lo aceptaran. Por fin llegamos a uno donde nos brindaron un espacio para él, pero con la condición de que recibiera ayuda profesional. Acudimos con un Psiquiatra, quien terminó medicándolo y sugirió terapia a la par. Así fue como acudimos con la Maestra Laura Barrera, quien le realizó varias pruebas psicométricas y se detectó que era déficit de atención e hiperactividad. Fue muy difícil de asimilar pero entendimos que necesitaba ayuda. Por un tiempo estuvo medicado pero las terapias a través de pláticas y juegos con el niño, ayudaron a que cambiara su comportamiento. Además fue muy importante el que la Maestra platicara con su padre y conmigo, ya que su conducta era un reflejo del poco apoyo y dedicación que yo le daba. Mis problemas también le afectaban al pequeño. El hermano también se vio afectado, así que las pláticas y terapias se hicieron en algún momento en familia. Fue un trabajo en equipo y con la ayuda profesional de la Maestra y el apoyo de la familia, Diego salió adelante. Ahora es un adolescente más seguro de sí mismo, controla sus impulsos y es buen hijo, buen hermano y mejor estudiante.

Desgraciadamente hace casi ocho años falleció mi hijo mayor por suicidio. Mi hijo el menor estaba muy triste, al igual que toda la familia y con tendencia hacia lo mismo. Me proporcionaron el contacto de la Mtra. Laura Barrera, estuvo atendiendo a mi hijo por un lapso de aproximadamente seis meses. Gracias a Dios y a la Mtra. Laura, mi hijo tiene ganas de vivir, contento, con muchos amigos y terminando su maestría.